25 jun 2011

Causalidades. Historia Nº 4

Siisisiis, se que me retrase, pero juro que me voy a poner al día.
En cuanto Macri regale las netbooks, se la sacó a mi mamá, y les escribo tres temporadas seguidas, jajajaja.

Bue, no las distraigo :)

Tacón, punta, sonrisa: Tacón, punta, sonrisa. Saca pechos, saca cola, seguí sonriendo. Pose sexy, y ahora volvé.


Tacón, punta, sonrisa. Tacón, punta, sonrisa.

- ¡Dos minutos y vuelven! – gritó mi coordinador.

En cuanto deje de pisar el escenario, sentí al menos tres pares de manos sobre mí. Al principio esto me había dado cierto pudor, pero a esta altura, ya no me importaba demasiado.

Sentí un “chucho de frío” en cuanto me quitaron el vestido que tenía puesto, y me colocaron otro diferente.

- Respira que te lo ajusto.

Uno, dos, tres…Hay, ¡Fuck!

- ¡Al escenario!



Y así volví a salir en escena.

Sencillamente, no me podía quejar. Era linda, famosa, tenía plata, futuro… bueno, por lo menos hasta cumplir los 25.

De vez en cuando, me agarra una especie de nostalgia, y me dan ganas de sacarme los tacones de 15 cm, y calzarme las pantuflas de tigresas de nuevo.

Extrañaba estar en mi casa, en pijama, gozando del simple acto de no hacer nada.

Pero bueno, yo elegí hacer esto… ¿Yo elegí hacer esto?

No. No era momento de sacar a relucir recuerdos. Estaba desfilando. No podía desconcentrarme.

Pero no pude evitarlo. El ver la gente mirándome me hacía recordar mi primer desfile y como llegué a el.

Bueno, en realidad, fue todo muy rápido.

Un día estaba en una tienda de ropa (cara, debo de admitir…mas bien, de precios inhumanos). Mi mamá insistió en que me probara no se que cosa, y, de lo harta que estaba, le dije que si.

Cuando salí a mostrarle lo horrible que me quedaba y lo idiota que me sentía dentro de esa ropa, una mujer me sonrió y me sacó una foto.

La odie. Simplemente, la odie.

Después de eso, roja hasta las amígdalas, fui a vestirme de nuevo.

En cuanto salí, mi mamá me recibió con una sonrisa enorme.

¿Y a esta mina que le pasa?

No se para que pregunte.

Esa chiquita…la de la foto… me dijo que tenía dotes de modelo. Yo… ¿Yo?

Si. Yo.

Mi mamá, chocha con la idea, arreglo una cita con la chica en un estudio de modelaje para que entre en la carrera.

Yo me negué rotundamente. Odiaba a las modelos.

Eran unas mujeres bobas, con cerebro de almendra, que lo único que sabían hacer era mover el c…. trasero.

Eran tontas.

Yo no quería que el modelismo me transformara. No iba a permitirlo.











No se como hicieron para convencerme. No recuerdo el momento en que deje de negarme.

¡Ah, si! Cuando dijeron 10 millones.

Y ahí estaba, a punto de entrar en un mundo, donde no había vuelta atrás…



Una chica menuda y blanca me llevo a una habitación, y echó a mi mamá cuando esta atinó a seguirme.

Una vez allí, un grupo de mujeres comenzaron a desvestirme, y yo, incomoda naturalmente, intente que pararan casi golpeando a una de ellas…

Me explicaron, luego, que ellas eran las encargadas de prepararme para el casting, y que las disculparamos por no haberse presentado antes, generando confusiones…



En cuanto termine de vestirme, me llevaron a peinarme y maquillarme.

Era todo muy tranquilizador, podría acostumbrarme a este tipo de vida – pensé en ese momento.

Me llevaron a otra habitación, me desearon suerte y se fueron.

Yo me quede ahí, parada, sin saber bien que hacer.

De repente, una luz me enfocó. (Me encegueció, mejor dicho) y en cuanto recuperé la vista, vislumbré a un hombre sentado en una silla, debajo de escenario.

- ¿Y? ¿No pensas modelar, caminar, gatear, algo…?

- Es que…

- Haber chiquita, no tengo mucho tiempo… si vas a hacer algo, hacelo ahora.



Pensé en decirle unas cuantas palabrotas, pero no quería comerme una demanda de millones de dólares, por lo que comencé a caminar.

No sabía que era lo que tenía que hacer, ni lo que el quería ver.



- Listo.

- ¿Qué? – No había llegado ni a la mitad de la pasarela.

- Mañana, 8:00 AM; mismo lugar. – Y se fue.



Yo me quede donde estaba, pasmada.

¿Ya esta? ¿Estoy contratada?

“Si” – me dijo una voz en mi cerebro – “Ya sos modelo”.

Y así empezó todo.



No fue nada fácil, lo admito. Tuve que bajar de peso, levantarme temprano, ir de aquí para allá, pero valió la pena.

Todo fue mas sencillo apenas de egrese de la secundaria.

Empecé a tener más libertad de movimiento, más independencia.



Igual, no todos son buenos recuerdos…

Hará medio año, un chico me tiró un ramo de flores al terminar de desfilar. Era un joven lindo y tierno.

Cuando bajé del escenario, y estaba por irme a mi casa, este chico me sorprendió por detrás.

Hablamos un rato, y fuimos a tomar algo.

A la semana, ya estabamos saliendo.

Pero un día, el vino triste y enojado a mi casa, diciendo que lo habían despedido de trabajo, que tenía deudas impagas, y que no tenía ni un solo centavo.

Yo, tonta por naturaleza, se lo facilité.

El se hizo rogar un poco, pero luego acepto mi cheque por $15.000.

Y a partir de ese día, no lo volví a ver nunca más.



Volví al presente. Ese había sido mi último desfile del día.

Me cambie de ropa, y salí rumbo a mi casa.

En el camino, pasé por un puesto de diarios, y vislumbré mi rostro en una revista, con un título grande que decía:

“Nayla Conte, y 10 cosas que no sabes sobre ella”.

 
Gracias a todas mis fans. (A re, jajajaja)

3 comentarios:

Anónimo dijo...

de diez! y si naty ya lo prometiste 3 temporadas y espero que me salves de ese puterio! tu hermana(aye) :D

TeFFy dijo...

muyy buennaa, me gustaa muuchoo:D, jajja ya me la veiia veniir qe nay era la modelo:P,

Anónimo dijo...

Hola prima original!!! Cuando pensas subir otro CAP?? Como q nos tenes medio abandonados!!!
Jeje, besotess